Emprender es como ir en un barco a vela, no viajar en un tren

Emprender es como ir en un barco a vela, no viajar en un tren

Por definición emprender es comenzar algo, por ejemplo un viaje o una empresa. Pueden parecer dos cosas distintas, pero en ambos casos el emprender nos plantea la misma pregunta: ¿Viajamos en un tren o en un barco a vela?

Hoy por hoy esta muy de boca el “emprendimiento” como una forma de buscar nuevos horizontes laborales y a la larga ser tu propio jefe, sin ataduras ni dependencias más allá de ti mismo. Vivirlo es genial, te enseña más que cualquier facultad de la universidad y es una experiencia que te marca, pero ahí esta el dilema que veo nos enfrentamos hoy: Hay que vivirlo para entenderlo. ¿Porque lo digo?, porque el mundo te obliga a viajar en tren, pero tener tu propia empresa es más bien subirse a un barco a vela. ¿Porqué lo digo? La respuesta es simple, en este viaje no existen rieles fijos y firmes que te lleven a tu destino, si no que estas expuesto a las condiciones del clima y el océano mientras viajas hacia donde quieres llegar.

Viajar en barco es ser flexible y adaptable

Al emprender tu propia empresa partes con una idea, la que trabajas para encontrarle todas las aristas posibles y sus potenciales. Esa idea la llevas a un prototipo, la pruebas y terminas sacando conclusiones que te llevan a seguir desarrollándola. Todo hasta aquí es muy romántico, pero en este camino uno se ve enfrentado a muchas cosas que jamás imagina y nadie te advierte, pero que de emprendedor a emprendedor puedo decir que de verdad van a pasar.

Entonces, ¿por qué ocurren los cambios en el viaje? Porque todo parte de una idea y tener una idea es tener la noción de algo. Por lo tanto, tener una noción dista mucho de ser una verdad absoluta. ¿Se entiende? Tener una noción nos da el espacio para que debamos buscar disminuir la incertidumbre y es en esa búsqueda cuando el emprendedor se ve obligado a ser flexible, adaptarse a los cambios y a continuar.

Buscar capital, obtener permisos, establecer como producir, fijar un precio, saber qué es lo que quiere el cliente, y una larga lista de otras cosas, son todas variables de las que tenemos nociones cuando emprendemos, pero que en el camino se van aclarando y nos van enseñando que a veces hay que elevar las velas, modificar el rumbo o alivianar la carga. No se trata de olvidar el puerto al que queremos llegar, si no a que el océano del mundo real nos presenta desafíos que no conocemos y que nos llevan a tener que modificar nuestro plan de viaje.

Por lo mismo, no hay que enamorarse de las ideas. Una idea tiene y debe evolucionar; al final debe enfrentar todos los cambios que le prepara el mar. Enamorarse de ella solo lleva a estancarse y no dejar que siga su curso natural.

No eres el único que lo ha tenido que hacer

Siempre parece un poco lejano tomar como ejemplos a las grandes compañías multinacionales, pero siempre es bueno mencionarlas porque al fin y al cabo son el emprendimiento que alguien decidió iniciar en algún momento y vivieron muchos de los problemas que hoy los nuevos emprendedores enfrentamos, como lo es esto de tener que ir cambiando de rumbo como un barco a vela. Y esto se da mucho en la industria tecnológica, ya que la velocidad con que avanza obliga a que estos fenómenos se den más seguido que en otras industrias.

Por ejemplo, en 1938 la omnipresente Samsung partió como una exportadora de frutas, verduras y pescado, pero al poco andar decidieron poner más esfuerzo en el desarrollo y mantenimiento de la maquinaria que utilizaban para esa tarea1. El resto ya lo conocemos.

Otro ejemplo, IBM partió en 1911 como una empresa de maquinaria para cortar carne y queso; en 1944 cambió a la producción de computadores; en 1981 creó el IBM PC que es el por el cual hoy la computación de consumo es lo que es; en 2005 se deshizo de su división de manufactura de PC; y hoy, en 2014, se plantea como una compañía de consultoría tecnológica, manejo y análisis de datos y proveedor de soluciones cloud2. ¿No es esto ir adaptándose a como cambia la navegación?

¿Y alguien que no lo logró? Kodak. Esta empresa nunca pudo ver que las cámaras digitales estaban entrando muy fuerte al mercado, creyendo que siempre las películas analógicas iban a ser las usadas por todo el mundo. En 2012 tuvieron que declararse en banca rota y hoy luchan por no desaparecer definitivamente3.

Este viaje son miles de historias para contar

Al final emprender involucra la adaptación al cambio, a viajar en un barco a vela. Generalmente sabemos a donde vamos, pero en el camino hay un sin fin de variables que van haciendo que nuestra ruta cambie suave o bruscamente. De eso se trata, de ser flexible, adaptarse, luchar y llegar a puerto con un montón de historias que contar sobre el viaje.

  1. http://es.wikipedia.org/wiki/Samsung
  2. http://www.maestrosdelweb.com/principiantes/la-historia-de-ibm/
  3. http://noticias.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/empresas/cinco-grandes-empresas-que-no-supieron-adaptarse-a-su-tiempo-y-fracasaron_kFBOn074c8Bdi2riOwi596/